miércoles, 26 de octubre de 2016

Daniel Barenboim llama a Argentina a implicarse más en crisis de refugiados sirios

Daniel Barenboim llama a Argentina a implicarse más en crisis de refugiados sirios

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El director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim llamó de nuevo a Argentina a aumentar su compromiso ante la crisis de los refugiados sirios, convencido de la capacidad de acogida de un país en el que conviven pacíficamente tres millones de musulmanes.
En la inauguración de un seminario sobre tolerancia y diversidad organizado en el marco de la presidencia alemana de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE), Barenboim recordó que en Argentina viven ya tres comunidades sirias -musulmana, judía y cristiana- y abogó porque el país, con apoyo financiero, intensifique sus esfuerzos de acogida.
El director musical de la Staatsoper Unter den Linden de Berlín amplió su llamamiento al resto de Latinoamérica y destacó que también hay grandes comunidades sirias en Chile y Brasil.
Barenboim, que tomó la palabra tras el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, elogió la posición de “liderazgo” asumida por la canciller, Angela Merkel, al responder a la necesidad humanitaria que plantea la crisis de los refugiados, pero advirtió de que el problema no puede ser resuelto por un solo país, porque es global.
Las grandes migraciones, apuntó, han acabado con las sociedades homogéneas y también han despertado los miedos, ante los que hay que defender la diversidad “desde el profundo conocimiento del otro” y desde el respeto.
Fundador de la orquesta de jóvenes palestinos e israelíes West Easter Divan, Barenboim apeló a la responsabilidad de los líderes políticos para promover esa tolerancia.
Antes de interpretar una pieza al piano junto un cuarteto de cuerda formado por músicos de distintas nacionales y religiones, defendió también el valor de la música, que permite “mostrar de forma simultánea distintos pensamientos y emociones” en un diálogo constante. EFE

sábado, 22 de octubre de 2016

La alianza de iraquíes, iraníes, libaneses y afganos que pelea en Alepo en apoyo del gobierno sirio | Por Israel

La alianza de iraquíes, iraníes, libaneses y afganos que pelea en Alepo en apoyo del gobierno sirio | Por Israel: Micilianos iraquíes, iraníes, libaneses y afganos forman parte de las fuerzas que apoyan al presidente Al Assad (AFP) Una gran variedad de alianzas conformadas por milicianos chiitas iraquíe

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La nueva posición de China sobre el Oriente Medio

La nueva posición de China sobre el Oriente Medio

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Mapa de "Una zona, un camino" - Fuente Wikipedia
Roie Yellinek
En enero de este año, poco antes de la visita del presidente de China, Xi Jinping, a Oriente Medio, Arabia Saudita ejecutó el clérigo chií Nimr Baqr al-Nimr por “intentar implicar a potencias extranjeras en los asuntos del reino, desobedecer las leyes del Reino, y la posesión de un arma”.
Irán, representante del poder chiíta y viejo rival de Arabia Saudita, denunció con amargura la ejecución. La tensión siempre presente entre los dos estados se acentuó aún más, poniendo en peligro la visita china.
Esta no era la primera vez que una planeada visita a Oriente Medio por el presidente chino había sido puesta en riesgo antes de tiempo. De hecho, se supone que la visita iba a tener lugar en la primavera de 2015, pero fue cancelada y reprogramada debido a los combates en Yemen entre Arabia Saudita y los protegidos chiítas de Irán, los huthíes.
Este año, a pesar de las tensiones chiítas y sunitas en curso, el viaje siguió adelante, con el presidente Xi visitando Teherán, Riad, y El Cairo. Desde que asumió la presidencia hace tres años, Xi había visitado casi todas las áreas del mundo, aparte de Oriente Medio. Una segunda cancelación podría haber sido vista como la expresión de una falta de respeto para la región, y podría haber afectado a los intereses económicos de China.
Esta no fue, sin embargo, la única motivación detrás de la decisión de seguir adelante con la visita – en particular durante un aumento en las tensiones entre los dos estados más fuertes en el Golfo, la sunita Arabia Saudita y la chiíta Irán. La visita representó una oportunidad para que los líderes chinos presenten su nuevo enfoque, que insta a “hablar con todas las partes y negociar con todos los estados.”
Las tensiones entre Irán y Arabia Saudita no produjeron la cancelación de la visita, pero dieron lugar a cambios en la programación. Una visita a los Emiratos Árabes Unidos fue sustituida por una visita a Irán, destacándose el hecho de que el presidente chino fue el primer líder en visitar Irán después del levantamiento de las sanciones. Al mismo tiempo, China expresó públicamente su apoyo al gobierno de Yemen – el aliado de Arabia Saudita – en su guerra con los proxis huthíes de Irán.
China está preocupada por el conflicto entre los países árabes entre chiítas y sunitas. La región del Golfo, habitada como está por miembros de ambas afiliaciones islámicas, ofrece a China con una tercera parte de su suministro de gas natural y el 52 por ciento de su suministro de petróleo, mientras que espera la duplicación de su uso para el año 2035. Cualquier agravamiento del violento del conflicto entre sunitas y chiítas, amenaza con paralizar la economía china.
El interés de China en la región también está reflejado en la intención de la presidencia de China. La iniciativa “Un zona, un camino”, busca vincular China a Europa a través de las rutas más cortas posibles, incluyendo el Medio Oriente. El objetivo de la iniciativa es obtener acceso a nuevos mercados para los productos chinos. Este es uno de los proyectos más ambiciosos de la historia humana, y su coste se estima en varios cientos de miles de millones de dólares.
Cualquier conflicto violento en Oriente Medio podría dañar seriamente esta iniciativa y arrasar con la enorme inversión. El liderazgo chino entiende que no puede borrar los inmensos conflictos entre árabes que afligen a Oriente Medio, pero puede ayudar a preservar el status quo y evitar su deterioro. Parecería que la visita del presidente chino en este momento de tensión pretende transmitir este mensaje.
Más allá de dar seguimiento a la visita presidencial, China está tomando medidas para mantener la estabilidad y reducir las tensiones islámicas mediante la creación de vínculos entre las dos partes. Está promoviendo iniciativas conjuntas entre chiitas y sunitas, como el gasoducto de gas natural que pasa a través de Irán y Afganistán, que dan a cada una de las partes un interés común en la minimización de los conflictos. China ha tomado medidas similares en otros lugares, también, por ejemplo, mediante la vinculación de la provincia de Xinjiang en el noroeste de China, con la chiita Teherán a través de un tren de alta velocidad que pasa por los estados sunitas de Asia Central como Kazajstán, Uzbekistán y Turkmenistán.
Otro aspecto de la nueva política de Medio Oriente de China es la legislación aprobada en diciembre el año 2015 que permite al ejército chino llevar a cabo operaciones antiterroristas fuera de las fronteras chinas, con acuerdo del país en el que las operaciones se llevarán a cabo. Esta ley abre el camino para que China desempeñe un papel más significativo en la lucha contra el Estado Islámico o cualquier otra organización que perjudique la estabilidad internacional, en lugar de limitarse a proporcionar tropas para las fuerzas de paz de la ONU.
La ley podría haber sido pasada para permitir que China desempeñe un papel mucho más prominente en el Medio Oriente, pero esta motivación no puede ser asumida. La legislación podría ser poco más que buenas palabras a los esfuerzos internacionales para mantener la estabilidad global.
El anuncio de la creación del Foro de Paz en Oriente Medio, que se creará de forma conjunta por la Fundación de China Oriente Medio para la Paz y el Desarrollo (MEFPD) y el Foro de Cooperación China- Estados Árabes, es otro indicio de la nueva política china en el Oriente Medio. Qin Yong, el secretario general de MEFPD, expresó que este es un paso en el camino hacia el cumplimiento de la declaración hecha por el presidente de China a la asamblea general de la Liga Árabe en enero de este año: “Tenemos que promover la paz y lanzar el desarrollo en el Medio Oriente”. Qi Qianjin, Ministro Consejero de la Embajada de China en el Cairo, amplió la idea: “la paz y el desarrollo están relacionados entre sí, y lo desean todas las naciones del mundo. Esta iniciativa [en inglés conocida como One Belt, One road -Una zona, Un camino] puede contribuir en gran medida al desarrollo de la región”.
Todas estas acciones chinas apuntan a un cambio en su enfoque de Oriente Medio. La región sigue siendo sumamente importante para China, que sigue siendo profundamente dependiente de la energía. También es un escenario en el que China puede demostrar su poder y capacidades en el escenario global. Estas capacidades se expresan principalmente en el comercio y en el mantenimiento de las relaciones con los países en conflicto unos con otros, como Irán y Arabia Saudita o Israel y el mundo árabe. China también está tomando medidas prácticas, tales como la construcción del gasoducto Irán-Afganistán, para templar las tensiones entre chiíes y suníes.

Fuente: BESA Center

El acuerdo nuclear con Irán, un año después

El acuerdo nuclear con Irán, un año después

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Líderes de la Unión Europea
Amos Yadlin, Avner Golov
Pasó más de un año desde que se firmó el acuerdo nuclear entre las potencias mundiales e Irán y un análisis de la conducta de Irán en el último año, refuerza las evaluaciones del INSS que a corto plazo, el acuerdo plantea únicamente riesgos moderados. Este análisis también apunta a varios principios relativos a una estrategia actualizada que deber ser formulada a largo plazo y estima que el acuerdo, planteará nuevos retos importantes para Israel.
En primer lugar, es importante tener en cuenta lo que no sucedió durante el último año, particularmente los escenarios extremos que no se materializaron, a pesar de las predicciones nefastas que sonaron durante el debate político sobre el acuerdo.
Los partidarios de la JCPOA (Plan de Acción Conjunto y Completo, acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán), sostienen que además de detener el progreso de Irán hacia el armamento nuclear, la aprobación del acuerdo podría servir para fortalecer el pragmático campo político iraní dirigido por Hassan Rouhani, e incluso moderar la postura inflexible de Irán contra Occidente e Israel.
Por el contrario, los opositores del JCPOA estiman que Irán no cumplirá con sus compromisos de desarmar su programa nuclear. También enfatizan la amenaza inmediata de la construcción de una fuerza militar convencional de Irán y un mayor apoyo de Irán al terrorismo, sobre la base de los miles de millones de dólares que serían inyectados inmediatamente en la economía iraní como resultado de los acuerdos y el levantamiento de las sanciones.
Las previsiones optimistas respecto a los cambios positivos en la política iraní se basaron en una sobreestimación del poder y la influencia del presidente Rouhani dentro del sistema político iraní. Sin lugar a duda, la figura más fuerte dentro del sistema iraní es el líder supremo, Ali Khamenei, quien posee el poder de descalificar a los candidatos que compiten por los puestos políticos, y al hacerlo, diseñar a gusto las esferas más altas del país. El es también el único que toma las decisiones en el ámbito de las relaciones exteriores y de seguridad, incluyendo el ámbito nuclear. Los resultados de las elecciones iraníes que tuvieron lugar en febrero del 2016, que inicialmente parecían anunciar un cambio positivo, en realidad llevaron precisamente a la designación de las figuras del campo conservador con el apoyo de la Guardia Revolucionaria. El ejemplo más prominente es la elección de Ahmed Jannati, quien fue elegido presidente de la Asamblea de Expertos, que probablemente elija al próximo líder de Irán.
Las predicciones escalofriantes de cientos de miles de millones de dólares que fluyen hacia Irán y las violaciones iraníes abiertas del acuerdo nuclear presentan escenarios extremos que, en teoría debieron haber sido tomados en cuenta pero que en realidad contradicen la realidad imperante.
Inversores extranjeros
Para que Irán reciba cientos de miles de millones de dólares en su economía, se tendría que convencer a un gran número de inversores que el acuerdo transformó la República Islámica en un sitio seguro para la inversión. Sin embargo, cambiar las actitudes de los inversores es un proceso lento y complicado.
Ente tanto la estabilidad de la economía iraní permanezca en duda a la luz de la inestabilidad regional y el estado interno de cosas dentro del propio Irán, el país tendrá dificultades para aumentar significativamente la inversión extranjera en el país. Además, Irán también debe trabajar hacia el levantamiento de las sanciones internacionales que no están relacionadas con el programa nuclear, que fueron impuestas debido al apoyo de Irán al terrorismo, su programa misilístico y la violación de derechos humanos. En tanto las sanciones permanezcan en el mismo lugar y algunas de las limitaciones de la economía iraní permanezcan intactas, muchos inversores seguirán considerándolo como inestable.
Los escenarios más pesimistas, sobre una falla de Irán al cumplir el acuerdo o un esfuerzo secreto por parte de Irán de avanzar en su programa nuclear, estuvieron basado en una lectura errónea de la estrategia iraní. La política de Teherán es extremadamente cuidadosa y con aversión al riesgo. En el acuerdo nuclear, Irán logró establecer su estatus con un umbral nuclear legítimo y es poco probable que ponga en peligro este estado a menos que se sienta confiado en su capacidad de cruzar este umbral nuclear sin que la comunidad internacional sea capaz de detenerlo.
En ausencia de tal oportunidad durante la próxima década, se puede esperar que Irán tome ventaja del acuerdo nuclear para avanzar en su investigación y en el desarrollo del aparato en el ámbito nuclear y en su programa de misiles (incluyendo la capacidad de realizar armas nucleares en el futuro) y reforzar su poder militar convencional y la influencia regional.
Durante la segunda década del acuerdo, se le presentará una oportunidad de avanzar en su programa nuclear con un marco menos restrictivo y entonces se puede esperar que tome medidas para ponerse dentro del alcance inmediato del armamento nuclear, después de realizar las instalaciones convencionales y otros temas avanzados que no estaban explícitamente prohibidos en el acuerdo.
Al mismo tiempo, es importante destacar lo que ha ocurrido en el último año, destacando la brecha entre las declaraciones del gobierno de Estados Unidos antes de la aprobación del acuerdo y la realidad que se creó después de su aplicación. En contraste con las declaraciones de la Casa Blanca de que el acuerdo va a fortalecer la supervisión sobre Irán, los dos informes publicados por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) del último año incluyen menos información sobre el programa nuclear iraní que las anteriores.
Estos lapsos deben ser considerados en conjunto con la crítica del Presidente del OIEA, Yukiya Amano, respecto a la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada luego del acuerdo, donde se levantan las restricciones impuestas al programa nuclear iraní y se lo reemplaza con los estipulados en el JCPOA para la próxima década.
Amano hizo hincapié en que esta decisión fracasa en establecer una amplia base legal, como las creadas por las decisiones del Consejo de Seguridad que la precedieron.
Otra brecha perteneciente a la administración de Estados Unidos es que el acuerdo facilitaría la dirección de la actividad militar iraní en el ámbito nuclear.
Sin embargo, el informe de la OIEA afirma que Irán no ha cooperado con la agencia internacional y no proporciona ningún material significativo. Por lo tanto, el acuerdo no ha servido para mejorar el conocimiento existente respecto a la dimensión militar del programa nuclear de Teherán.
Estrategia misilística iraní
Un informe de la inteligencia alemana ha llamado la atención sobre el hecho de que Irán sigue adquiriendo la tecnología que también puede servir para el desarrollo de sus capacidades nucleares militares. Este informe ilustra principalmente la dificultad de supervisar la conducta de Irán, que a su vez, es cautelosa y se abstiene de violaciones flagrantes del acuerdo, y en su lugar se aprovecha de las “áreas grises”.
Esta estrategia se aplica con mayor intensidad y públicamente en el programa de misiles de Irán: a pesar de que la continuación del programa de misiles no constituye una violación del acuerdo nuclear, va en contra del espíritu de la resolución del Consejo de Seguridad.
Esta conducta ha sido criticada por los líderes de las potencias mundiales, y aunque el programa de misiles no está cubierto por el JCPOA, si Irán decide continuar con su armamento nuclear, sus capacidades misilísticas serán un componente central de su habilidad para traducir su realización nuclear en una amenaza militar.
A la vista de esta estrategia, los Estados Unidos e Israel harían bien en formular un instrumento conjunto para hacer frente a esta determinada situación, fundado en un acuerdo paralelo, basado en la demarcación de una línea roja pública clara: que mientras el actual régimen iraní no cambie su política subversiva en la región, su apoyo al terrorismo y su retórica respecto a borrar del mapa a Israel de Israel, ambos países se comprometerán en una acción decisiva para evitar que se obtengan las proximidades del umbral nuclear. Con este fin, el gobierno israelí debe llevar a cabo un diálogo íntimo, secreto con la próxima administración estadounidense, que además de clarificar los puntos del desacuerdo entre los dos países, permitirá determinar las áreas de acuerdo vis-à-vis en los posibles escenarios y coordinar las articulaciones respuestas.
A corto plazo, los Estados Unidos e Israel deben continuar desarrollando mecanismos de inteligencia para vigilar la aplicación del acuerdo que facilite la detección rápida de violaciones, en coordinación con los organismos internacionales que se encargan de la supervisión.
La firma del JCPOA en julio de 2105 creó nuevos y complejos retos a corto plazo y largo plazo. Estos desafíos requieren la cooperación entre el gobierno israelí y la próxima administración estadounidense con el fin de promover los intereses estadounidenses e israelíes conjuntos en el Oriente Medio y para lograr el objetivo principal del acuerdo nuclear: evitar que Irán adquiera armas nucleares. Fuente INSS. ■

Israel logra vincularse con países africanos musulmanes

Israel logra vincularse con países africanos musulmanes

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Evelyn Gordon *
El anuncio de que Guinea está reanudando relaciones con Israel casi medio siglo después de su ruptura parece una pieza trivial de buenas noticias. Por supuesto, Guinea es un país africano pobre y relativamente poco importante. Pero el 85 por ciento de su población es musulmán, y algunos países de mayoría musulmana sin embargo, han estado dispuestos a establecer relaciones abiertas con Israel; en consecuencia, su decisión podría animar a otros a hacer lo mismo.
Guinea también fue el primer país de África que rompió relaciones con Israel después de la Guerra de los Seis Días de 1967. Por tanto con estas razones, la renovación de los lazos toma el relieve del grado de seriedad en que se está implementando una nueva estrategia israelí encaminada a mejorar las relaciones con el mundo no occidental, y ha comenzado a dar frutos.
El anuncio de Guinea viene de la mano del éxito del viaje del primer ministro Biniamín Netanyahu a África a principios de este mes. Aspectos destacados de ese viaje incluyen los anuncios por parte de Kenia y Etiopía -dos estados africanos aliados a Israel – de que van a apoyar a Israel para recibir la condición de estado observador en la Unión Africana, así como el anuncio de Tanzania que planea abrir una embajada en Israel, 21 años después de la renovación de las relaciones.
Los medios de comunicación israelíes también han informado que los funcionarios de otros tres países africanos de mayoría musulmana que no tienen relaciones con Israel -Mali, Chad y Somalia, recientemente hicieron visitas secretas, lo que indica que la perspectiva de otros países musulmanes siguiendo el ejemplo de Guinea no es nada inconcebible.
De hecho, la semana pasada, el director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Dori Gold, visitó Chad para una reunión con su presidente. Esta perspectiva se hace más plausible por la mejora de las relaciones de Israel con los estados árabes más importantes. Como señalaron varios líderes africanos durante el viaje de Netanyahu, no tiene mucho sentido en los países africanos que sigan dando la espalda a Israel cuando algunos de los países árabes que originalmente los empujaron a hacerlo ahora tienen relaciones con Israel, ya sean abiertas o encubiertas.
África y Asia: una política de largo plazo
Hay dos razones por las que Israel atribuye tanta importancia a sus relaciones cálidas con África, y ambas tienen más que ver con el largo plazo que con el corto plazo. La primera es la necesidad de diversificar sus socios comerciales. En la actualidad, aproximadamente un tercio de las exportaciones de Israel van a Europa. Pero la combinación de desaceleración de la economía de Europa y su creciente hostilidad hacia Israel hace de esta fuerte dependencia de Europa una amenaza potencial para el futuro económico de Israel. África es el continente más pobre del mundo, pero está experimentando un rápido crecimiento económico, y muchos de los campos de especialización de Israel encajan bien con las necesidades de África, incluyendo la tecnología agrícola, la conservación del agua, y la lucha contra el terrorismo. Así, mediante la ampliación y mejora de sus relaciones diplomáticas con los países africanos, Israel espera ampliar sus relaciones comerciales con el tiempo también.
La segunda, como dijo Netanyahu durante su viaje a África, es la esperanza de poner fin a la mayoría automática contra Israel en los foros internacionales. Como él reconoció fácilmente, esto bien podría llevar décadas; arraigados patrones de voto no cambian durante la noche. Sin embargo, el cambio está lejos de ser imposible: Véase, por ejemplo, en el 2014 el voto del Consejo de Seguridad sobre el establecimiento de un plazo para el Estado palestino, que fue derrotado porque los palestinos no lograron reunir el requisito de nueve votos. Dos de las cinco abstenciones cruciales procedían de África (Ruanda y Nigeria).
Incluso si los países africanos no pueden sin embargo cambiar el balance de fuerzas del minúsculo número de votantes a favor de Israel, simplemente moverlos desde el bloque anti-Israel a la columna de la abstención podría aliviar la dependencia de Israel del veto estadounidense en el Consejo de Seguridad. Dado que las resoluciones del Consejo de Seguridad necesitan un mínimo de nueve votos “sí” para que puedan pasar, una abstención tiene el mismo efecto que un “no” para los países sin poder de veto.
También hay que señalar que de forma fiable la abstención sería suficiente para hacer de los países africanos mejores votantes aliados que aproximadamente la mitad de la Unión Europea: los países de la UE casi nunca votan con Israel, y algunos votan regularmente en su contra.
Las relaciones crecientes de Israel con África, obviamente, se derivan en parte de algo que está más allá de su control: el ascenso del terror islamista. Como varios líderes africanos reconocieron abiertamente durante el viaje de Netanyahu, la asistencia contra el terrorismo es actualmente lo que más quieren de Israel. Y si los informes de las visitas de funcionarios de Mali, Chad y Somalia son verdaderos, es una apuesta segura que también estaban buscando ayuda contra el terrorismo; los tres tienen serios problemas con el terrorismo islamista.
La mejora también se debe en parte a la política de larga data de Israel de otorgar la ayuda incluso a los países con los que no tiene relaciones, lo que a veces tiene un fruto tardío. Por ejemplo, los funcionarios israelíes dijeron que uno de los factores en la decisión de Guinea para renovar las relaciones fue la ayuda médica que Israel dio durante la crisis del Ébola hace dos años.
Un ejemplo destacado de Asia, otro continente en el que recientemente los lazos con Israel recientemente han florecido, es Singapur. Singapur pidió a Israel entrenar a su ejército a mediados de la década de 1960, antes incluso de que los dos países establecieran las relaciones, y este hecho fue ocultado durante décadas. Pero el mes pasado, como señaló Elliott Abrams, Singapur unió fuerzas con la India y Ruanda -el tercer país en el club de los aliados africanos cercanos de Israel-, para ayudar a Israel a ganar los votos no alineados que necesitaba para ganar la presidencia de un comité clave de la ONU.
Israel ya no puede depender sólo de Occidente
La tercera razón para la disminución del aislamiento de Israel, sin embargo, es una decisión deliberada por parte de los sucesivos gobiernos de Netanyahu de que el país no puede permitirse, ni económica ni diplomáticamente, mantener sus relaciones casi exclusivamente con Occidente, ignorando en gran parte del resto del mundo. Avigdor Lieberman, actual ministro de Defensa, hizo un esfuerzo importante por mejorar las relaciones de Israel con África y Asia durante su mandato como ministro de Asuntos Exteriores, y desde su salida, el ministerio ha continuado esta política bajo el liderazgo de Dori Gold (Netanyahu es actualmente el titular del ministerio de Exteriores).
Esto constituye un cambio importante en la estrategia de Israel, y que se deriva de una conclusión sencilla: las relaciones con Europa, inevitablemente, están desgastadas por el hecho de que lo que la UE pretende de Israel es algo que Israel no puede otorgar. A saber, un acuerdo de paz con los líderes que han negado sistemáticamente todas las ofertas de Israel y en la actualidad se niegan incluso a negociar con él. La actitud de Europa podría cambiar algún día, pero Israel no puede contar con eso. Por lo tanto, debe desarrollar fuentes alternativas de comercio y apoyo diplomático como una póliza de seguro.
El restablecimiento de las relaciones con Guinea es otra señal de que esta estrategia está empezando a dar sus frutos. Y eso es una muy buena noticia para Israel.
Fuente: Evelyncgordon.com ■

Los crecientes lazos de Israel y los países sunitas

Los crecientes lazos de Israel y los países sunitas

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Foto: yeowatzup Wikimedia CC BY 2.0
Yaakov Amidror
Un pacto en las sombras
Muchas de las naciones del mundo están mirando con sorpresa y admiración los vínculos cada vez más fuertes entre Israel y los países árabes sunitas más importantes de la región: no sólo la relación abierta con Egipto y Jordania, con los que Israel mantiene relaciones diplomáticas oficiales, sino también las relaciones informales con Arabia Saudita y los emiratos del Golfo.
Este cambio parece estar impulsado por tres factores principales: En primer lugar, estos países sunitas temen el creciente poder de Irán sobre el bloque chií, que pone en peligro la seguridad, así como la unidad de los estados sunitas. Hay un conflicto religioso ancestral entre la mayoría suní y la minoría chií; pero la minoría goza de la ventaja de un liderazgo único que está dispuesto a todo para cambiar el estatus de los chiís en el Medio Oriente. Este liderazgo, que se encuentra en Teherán, está encabezando orquestando y enfocando sus esfuerzos para liberar a los chiís en Yemen, Bahréin y Arabia Saudita, y defender de los chiís en Irak, Siria y el Líbano. El objetivo es crear una propagación ininterrumpida de chiís desde Teherán a través de Bagdad hacia Beirut.
Mientras tanto, Irán está tratando de socavar el dominio suní en el lado árabe del Golfo entre la península saudita e Irán: Arabia Saudita, con su minoría chií, en la región rica en petróleo; Bahréin, que padeció un intento de golpe chií; y Yemen, donde Arabia Saudita está luchando con la mayoría sunita contra la minoría de los hutíes apoyada por Irán.
El conflicto entre sunitas y chiís también tiene un aspecto nacionalista. Es imposible pasar por alto el hecho de que Irán está centrando sus esfuerzos exclusivamente en los países árabes. Esta lucha nacionalista se manifiesta también en los conflictos entre los mismos chiíes, especialmente en Irak, donde la ciudad de Najaf fue considerada una vez la ciudad chií más importante, pero desde entonces ha sido sustituida por la ciudad iraní de Qom.
Manteniendo el impulso
El segundo factor que alimenta las preocupaciones de los países sunitas es la amenaza del salafismo extremo dirigido por el grupo Estado Islámico. El acrónimo en árabe del grupo, Daesh, es sinónimo de “Estado Islámico en Irak y Siria”, pero hoy en día, la organización está activa en el Sinaí y en Libia, y también tiene secciones activas en África y en Europa, como la reciente ola de ataques terroristas lo puede indicar. Por lo tanto, el simple nombre de “Estado Islámico” puede ser más adecuado.
La expansión de las actividades del grupo supone una amenaza para los estados sunitas, porque ellos representan un enemigo de primer orden. En Egipto, la amenaza es aún más pronunciada gracias al despliegue del Estado Islámico en algunas partes del Sinaí y su colaboración con Hamas, la sección palestina de los Hermanos Musulmanes egipcios -los enemigos mortales de la actual dirigencia de Egipto-. En Jordania y en Arabia Saudita, el Estado islámico amenaza al régimen desde adentro, porque en ambos países existe una gran simpatía por el grupo entre diversos sectores de la población. Incluso si la coalición de naciones que trabajan actualmente para combatir al Estado Islámico logra disminuir drásticamente las áreas bajo su control en Irak y Siria, la ideología propagada por el grupo seguirá constituyendo una amenaza muy palpable para los países sunitas. Por otra parte, la coalición está teniendo problemas para mantener su impulso en contra del Estado Islámico, después de una serie de victorias importantes.
El tercer factor se deriva de la sensación general de que EE.UU. ha abandonado sus aliados, en un momento de necesidad, con la intención de reducir su participación en la región. En Egipto, este sentimiento se basa en el hecho de que Estados Unidos haya abandonado al depuesto presidente Hosni Mubarak y haya aparecido apoyando a los Hermanos Musulmanes. En Arabia Saudita y en el Golfo Pérsico, la frustración se deriva del hecho de que ven el acuerdo histórico entre Occidente e Irán, encabezada por EE.UU., como una capitulación estadounidense. Los países de la región se han sentido muy decepcionados con la conducta de EE.UU. hacia Mubarak, por un lado, y hacia el presidente sirio, Bashar Assad, que sigue masacrando sin inhibiciones a los sunitas, por el otro. Ellos se dan cuenta de que EE.UU.  no sólo ya no está más de su lado en la lucha contra Irán; sino que Washington espera de ellos que hagan concesiones a Teherán. Está claro para los estados sunitas, que alguna vez vieron a EE.UU. como una superpotencia cuya mera existencia era suficiente para detener cualquier amenaza que enfrentaran, que las cosas han cambiado profundamente. Incluso si EE.UU. sigue siendo una superpotencia, ha perdido la voluntad de utilizar su poder en el Oriente Medio. Además, cuando ejerce su poder, en la conducción de la coalición anti-Estado Islámico, toma medidas con moderación y extrema cautela. Y ahora, EE.UU. está forjando un compromiso con sus adversarios, como lo indica la débil respuesta estadounidense al aumento de la participación de Rusia en Siria.
La clave para mejorar las relaciones
Estos países están buscando a alguien que los ayude en este momento de necesidad. Israel es el único país de la zona cuya estabilidad no está en cuestión. Es un país fuerte, tanto económica como militarmente, y tiene la capacidad y la voluntad de defender sus intereses esenciales. Esta es la base de las florecientes relaciones entre Israel y estos estados sunitas – países clásicamente a favor del statu quo, en una región en constante cambio, que buscan un ancla para estabilizarse-. Israel puede servir como esa ancla. Es un matrimonio de conveniencia, no de amor; pero es una de importancia creciente.
La cooperación es clave para mejorar realmente estas relaciones, como me dijo un príncipe saudita que compartió recientemente conmigo el escenario en una conferencia en Washington.
“La combinación del dinero israelí y talento árabe puede tener un impacto positivo en cualquier región”, expresó en tono de broma. Pero detrás de esta oración hay una gran verdad. Israel puede proporcionar a esos países precisamente lo que les falta: seguridad, tecnología y mejoras enormes en las áreas de agua, agricultura y salud.
Sin embargo, una colaboración seria –una cooperación pública y sin trabas- entre Israel y esos estados árabes requiere un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos. No porque este tema sea caro a los corazones de los líderes sunitas; sino porque sin él, estos líderes perderían el apoyo de la calle, que es un imperativo si la relación ha de ser pública. Pero, por desgracia, los palestinos no tienen prisa para avanzar hacia un acuerdo de paz y en sus relaciones con Israel; por el contrario, el darse cuenta de que son la clave para la mejora de las relaciones de Israel con las naciones de la región sólo les hace subir la autoestima y les lleva a aumentar sus demandas.
La única manera de superar este obstáculo es cambiar el orden de los pasos: En primer lugar construir una relación que sirva como un paraguas integrador para los israelíes y los árabes sunitas, y luego conducir a los palestinos a entablar negociaciones de paz.
A diferencia del pasado, en la actualidad la mejora de las relaciones no es menos importante para los sunitas de lo que es para los israelíes. Pero el obstáculo palestino está en el camino. No está claro si las naciones árabes serán capaces de superar este obstáculo, a pesar de su evidente interés. Israel tiene que pensar en las formas en que puede ayudar a superarlo, teniendo en cuenta que esto podría ser una oportunidad histórica y sería una pena desperdiciarla.
Fuente: Israel Hayom

jueves, 20 de octubre de 2016

Israel y Turquía estudian construir un gasoducto conjunto para dar salida al gas israelí

Israel y Turquía estudian construir un gasoducto conjunto para dar salida al gas israelí

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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan
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El ministro israelí de Energía, Yuval Steinitz, anunció hoy que su país y Turquía estudianconstruir un gasoducto conjunto para transportar a Europa gas natural de los importantes yacimientos israelíes descubiertos en el Mediterráneo.
“Es mucho más (gas) de lo que un país pequeño como Israel puede consumir, por lo que hemos discutido la posibilidad de construir un gasoducto de Israel a Turquía para llevar ese gas a Turquía y desde allí a Europa”, dijo Steinitz al margen del 23 Congreso Mundial de Energía que termina hoy en Estambul.
“También consideramos exportar gas a otros países: ya hay un contrato con Jordania, con Egipto, y también mediante un gasoducto a través de Chipre a Grecia”, agregó el ministro.
“Sin embargo, la opción turca es muy importante y por eso hemos decidido establecer de inmediato un diálogo entre nuestros dos Gobiernos para examinar la posibilidad de realizar tal proyecto”, detalló Steinitz.
Vender el gas a Turquía “desde luego no sería sólo para su mercado nacional sino también para Europa”, aseguró.
Steinitz hizo estas declaraciones en una comparecencia ante la prensa, sin preguntas, después de reunirse hoy con su homólogo turco, Berat Albayrak, un encuentro que calificó de “muy bueno”.
Recordó que su visita “es la primera de un ministro israelí en varios años” a Turquía, país que había roto relaciones diplomáticas con Israel a raíz del asalto al buque Mavi Marmara en 2010, en el que murieron 10 activistas turcos.
“Es una señal del proceso de normalización que acaba de iniciarse entre nuestros dos Estados. Confío en que la mayoría de la gente desea ver paz y estabilidad en la región, y buenas relaciones de cooperación económica”, dijo el ministro.
Steinitz recordó que Israel ha encontrado unos 900.000 millones de metros cúbicos de gas en su zona marítima, aunque “los científicos creen que la mayor parte esta aún por descubrir”, pudiendo llegar a un total de tres billones de metros cúbicos.
“Estaremos contentos de ver empresas turcas involucradas en el sector energético en Israel. De hecho, ya hay muchas involucradas, y si quieren participar en la exploración de los futuros yacimientos de gas, por supuesto estarán muy bienvenidas”, dijo.
Agregó que debatió hoy con Albayrak la idea turca de suministrar energía y electricidad a las zonas palestinas de Gaza y Cisjordania